Invierte a largo plazo. Hacerlo te permitirá obtener excelentes rendimientos, además de ser una manera práctica de mejorar tu capital “sin tener que hacer mucho”, y diversificas tus entradas de dinero con una dinámica constante, si sabes dónde invertirlo de manera segura.
Prepárate profesionalmente. El desarrollo de nuevas habilidades aumentará tus posibilidades de éxito y de ingresos. Invertir en tu aprendizaje generará un impacto en tu perfil profesional y en tu seguridad, es un dinero que eventualmente te será remunerado.
Compra una vivienda. Te hemos platicado de los ingresos pasivos y cómo conseguirlos, y que uno de los más redituables es precisamente la adquisición de inmuebles, pero antes de que lo consideres como una meta inalcanzable, te recomendamos acercarte a alguno de nuestros ejecutivos en cualquier sucursal Scotiabank, para asesorarte sobre los planes de financiamiento en créditos hipotecarios. Si lo analizas, puede ser parte de tu plan de vida, una meta a largo plazo que te brindará un futuro financiero estable.
Elimina tus deudas. No por ser tu último propósito significa que será el de menor importancia, al contrario, debes de tener presente su priorización. Si tienes deudas, establece un monto fijo de tus ingresos mensuales o quincenales para pagarlas. Evita cargos innecesarios, “cargas” emocionales, limita el uso de tus tarjetas de crédito mientras las cubres.