Se le llama flujos de efectivo a los movimientos que tiene una empresa al interior, es decir, las entradas y salidas de dinero en forma de cobros y pagos.
Las empresas reciben un cobro por ventas o servicios y pagan una parte a proveedores y colaboradores. No obstante, las cosas se complican cuando entran en juego los plazos: los clientes se atrasan, los proveedores exigen pagos y en ocasiones la liquidez, el efectivo de la empresa, se ve afectada.
Contar con una planeación anual en tu empresa es vital para prevenir que las operaciones sufran las consecuencias.
¿Qué hacer para optimizar los flujos de efectivo?
En la mayoría de los negocios es natural que exista uno o varios momentos en los que las ventas son bajas y por ende, una menor liquidez. Considerar esto en las planeaciones anuales te permite gestionar los flujos para que tu empresa pueda hacer frente a sus compromisos económicos inmediatos.
Lo anterior puede lograrse mediante una serie de prácticas que te ayuden a mejorar los flujos de efectivo en tu negocio:
1. Aceleración de la cobranza: las cuentas por cobrar estancadas son veneno para los flujos de efectivo. Acelerar su rotación es clave para optimizarlos.
Esto puede lograrse ofreciendo a los clientes diversos métodos de pago y descuentos por pago anticipado. Evaluar las particularidades de tu negocio y sus procesos de cobranza será vital para optimizarlos y favorecer la liquidez.