No obstante, las pequeñas y medianas empresas no quedan exentas de la obligatoriedad de esta norma que establece, entre otras cosas, que deben:
Evaluar factores de riesgo psicosocial. Implica identificar y analizar aspectos como la duración de las jornadas y las cargas laborales, para garantizar que sean adecuados, así como el estilo de liderazgo, el clima laboral y posibles violencias.
Implementar medidas preventivas y correctivas. Una vez identificados los factores de riesgo, las PyMEs deben establecer medidas para prevenirlos y controlarlos. Estas pueden incluir acciones como redistribución de las cargas laborales, mejoras en los canales de comunicación, y mecanismos de denuncia para incidencias.
Aquí también entra la responsabilidad de las empresas de proveer herramientas suficientes para la realización de las actividades, por ejemplo, las necesarias para la dispersión automática de nómina, los cobros seguros, o la automatización de procesos.
Promover la participación activa. La participación del personal es vital y las empresas necesitan promoverla, por lo que es responsabilidad de estas impulsar los canales de comunicación adecuados, reuniones regulares, encuestas y mecanismos que le den voz a las personas.
Capacitar y sensibilizar. Las pequeñas y medianas empresas deben proporcionar a su equipo de trabajo capacitación en habilidades emocionales como manejo de estrés, gestión de conflictos y habilidades de comunicación efectiva. Esto además de proveer sensibilización en materia de salud mental, y contra el acoso y discriminación de cualquier tipo, a fin de promover un entorno laboral saludable para todas las personas.
Monitorear y revisar periódicamente las dinámicas implementadas. Las PyMEs están obligadas a realizar un seguimiento constante de las medidas implementadas para evaluar su efectividad. Para ello es necesario establecer indicadores de desempeño adecuados para medir el impacto de las acciones tomadas, realizar revisiones periódicas y ajustar las estrategias según sea necesario.
Estas son sólo algunas de las pautas establecidas por la NOM-035 para que las PyMEs cumplan con los requisitos y promuevan un entorno laboral saludable. Las empresas empleadoras están obligadas a implementar, mantener, difundir y poner por escrito las políticas que adopten para cumplir con esta regulación, y establecer claramente al personal responsable de su cumplimiento.
Es importante que consultes el texto completo de la norma para obtener una comprensión más detallada y precisa de las directrices específicas y su aplicación, acorde con el tamaño de tu organización y la industria en la que se desempeña. Contar con asesoría especializada puede ser de ayuda para garantizar el cumplimiento de la norma y, sobre todo, la creación de un entorno laboral positivo y respetuoso de los derechos humanos.
Al aplicar estas claves, las empresas pueden contribuir al bienestar de sus empleados, mejorar la productividad, reducir el costo económico y humano asociado al estrés laboral. Invertir en salud mental es estratégico para el éxito a largo plazo de las PyMEs y la economía en general.