La juventud es el futuro y la esperanza del mundo. Esa frase se ha escuchado en numerosas ocasiones, y aunque algunas personas podrían ponerla en duda, lo cierto es que se trata de una verdad biológica inmutable.
Sí. Las nuevas generaciones toman poco a poco su lugar en el mundo y hacen uso de su voz y su talento para asegurarse de dejar su propia huella. Prueba de ello es el hecho de que, de acuerdo con datos de la Secretaría de Economía, entre 50 y 65% de la juventud mexicana preferiría emprender su propio negocio, antes que encontrar un empleo.
En México, como en la mayoría de los países latinoamericanos, el emprendimiento ha dejado de ser considerado un último recurso, para transformarse en una palanca para el desarrollo, necesaria para la generación de riqueza. No es para menos si se considera que las pequeñas y medianas empresas son responsables de generar siete de cada diez empleos en el país.
Siendo la base de la creación de empresas, el emprendimiento constituye un pilar para la generación de empleos y, por tanto, para el desarrollo social. De ahí que diversos países apuesten por la creación de políticas públicas destinadas a promoverlo.