Alimentación equilibrada. Considera tener una dieta rica en antioxidantes y nutrientes esenciales, así podrás mantener tu cerebro saludable. Algunos alimentos benéficos que conviene integrar a tu dieta son el pescado, las nueces, frutas y verduras de hojas verdes, alimentos ricos en Omega-3, como el salmón y el aceite de linaza, que promueven la salud cerebral. Evita el exceso de azúcar y grasas saturadas, pues causan el efecto contrario al aumentar el riesgo de inflamación cerebral.
Ejercicio regular. La actividad física no sólo beneficia tu apariencia, también tiene un efecto positivo en tu cerebro al reducir el riesgo de deterioro cognitivo y demencia. Plantéate realizar una rutina de ejercicio de manera regular, realiza al menos 30 minutos de actividad aeróbica moderada diariamente: caminar, nadar, andar en bicicleta o practicar yoga.
Organiza tu tiempo para tener caminatas diarias de 15 a 30 minutos o una rutina de entrenamiento de intervalos de alta intensidad (HIIT), estas acciones son excelentes opciones para mantener tu cerebro activo.
Estimulación mental. Los rompecabezas, la lectura, el aprendizaje de un nuevo idioma, la resolución de problemas o el desarrollo de habilidades musicales son excelentes hábitos para tener tu mente activa y estimular las reacciones de tu cerebro.
Reserva tiempos para realizar crucigramas, sudokus u otros ejercicios mentales. Hazlo como parte de un receso del trabajo, del estudio o simplemente como una dinámica para distraerte, pues mantener tu mente activa hará que las conexiones neuronales tengan un correcto funcionamiento.