1. Conoce tu situación actual
Antes de establecer a dónde quieres llegar, debes conocer en dónde estás ahora. ¿Cuáles son tus ingresos? ¿Cuentas con ingresos pasivos? ¿Tienes deudas pendientes? ¿Qué tal van los pagos de tu crédito? ¿A cuánto ascienden tus gastos mensuales? Estas y otras preguntas te ayudarán a evaluar y determinar tu situación actual. De esta forma, podrás conocer cuál es el siguiente paso que debes dar.
En esta autoevaluación que realizarás, no olvides identificar aquellos gastos de los que puedes prescindir, como las compras compulsivas, y analizar la gestión de tus gastos para hacer un uso óptimo de tus recursos.
2. Establece tus metas
Ahora sí ha llegado el momento de fijar tus objetivos. Recuerda que una meta debe ser específica, medible, alcanzable, realista y con un tiempo determinado. Como ya conoces a la perfección tu situación actual, eres consciente de las capacidades que posees hoy en día. Tú mejor que nadie sabes cuál puede ser un objetivo financiero que puedas alcanzar y que cumpla con las demás características antes mencionadas.
Si lo que quieres es juntar la cantidad de $20,000, cambia: “Quiero tener $20,000 para el mes de junio”, por la idea de: “Ahorraré $4,000 al mes, durante 5 meses”. Así lograrás organizarte mejor y ser más puntual en tus objetivos porque tendrás claridad sobre la cantidad meta y el tiempo en el que la conseguirás. Sin una meta clara es más probable que divagues en tu camino financiero y no encuentres un rumbo fijo. Tus metas sirven como una brújula a seguir que te guían hacia tus sueños.
3. Traza un camino
En esta tercera etapa, desarrollarás un plan de acción detallado para alcanzar las metas que has establecido previamente. Aquí puedes incluir estrategias sobre cómo crear fuentes de ingresos adicionales y, de esta forma, llegar a tu objetivo. Especifica cuáles son los gastos que vas a reducir, de qué manera manejarás las deudas que tienes al momento, si vas a
cambiar el seguro de tu auto, la diversificación de tus ingresos, cómo ahorrarás en los gastos del hogar, etc.
Nuestra recomendación es que le des prioridad al pago de tus deudas. No solo lograrás mantener el activo que antes destinabas a tu crédito, sino que también conseguirás mayor estabilidad económica y dejarás un espacio disponible en tus finanzas para la solicitud de otro crédito en caso de que lo requieras.
4. Manos a la obra
¿Objetivos claros? ¡Listos! ¿Plan de acción? ¡Listo! Todo está preparado para que comiences a ejecutar con éxito tu plan. Comenzarás a experimentar los cambios y ajustes previamente establecidos. Tu capacidad de adaptación será desafiada al poner en práctica las acciones que te llevarán a tus metas.
De acuerdo con tus objetivos, ahora es momento de hacer lo necesario para alcanzarlos. Liquida tus deudas, reestructura tu crédito, automatiza transferencias para tus ahorros, lleva a cabo tus estrategias para ahorrar en el hogar, comienza con la inversión que tienes planeada y haz todo lo que te acerque a tus objetivos.
Recuerda cuáles son tus metas. Ten siempre presente el o los motivos por los que decidiste emprender este viaje. Lo mejor será que te apegues lo más posible a tu plan, para alcanzar tus objetivos de acuerdo con el tiempo y circunstancias que marcaste.
5. Ajusta tu plan
Como mencionamos al principio, en tu camino saldrán retos que debas superar y que te llevarán a ajustar tu plan. La planificación de tus finanzas debe ser dinámica y flexible. Evalúa y revisa el progreso obtenido. Comparar los resultados con las expectativas iniciales permite identificar áreas de mejora y realizar ajustes según sea necesario.
Es recomendable realizar revisiones periódicas para asegurarte de que el plan sigue siendo relevante y efectivo. Durante estas revisiones, se pueden considerar cambios en las metas, ajustes en la asignación de activos o modificaciones en las estrategias de ahorro e inversión.