Platicamos con algunas compañeras, mujeres que trabajan en Scotiabank México, para conocer su postura sobre el movimiento feminista, el Día Internacional de la Mujer y el rumbo que creen que tomará. Los matices son diferentes, pero igual de interesantes, te invitamos a conocerlas.
“Apoyo los derechos de cualquier persona, mi contexto social y propio me han permitido ser quien soy, por hombres y mujeres que han influenciado en mí”.
Gioia Guarracino, Marketing
Gio ha tenido la oportunidad de viajar y estabilizarse en algunas ciudades alrededor del mundo, experiencias que le han permitido vivir en otros contextos sociales. “Aunque el nivel de reconocimiento de la mujer a nivel laboral y sus derechos ha avanzado, en otros países se vive distinto que en México, aun así he podido ser la mujer que he querido ser, tuve a mi alrededor a otras mujeres y hombres que me lo han permitido”.
Reconoce que su historia de vida no es como la de la mayoría de las mujeres mexicanas, lo que le ha permitido ser más empática y sensible, sin embargo, no se considera feminista: “Yo apoyo los derechos de cualquier persona, no me defino feminista. El 8M es unir una sola voz, la de mujeres y hombres, que apoyan este desarrollo; creo que todos tenemos que reconocer el lugar de cada uno, que somos diferentes e iguales en un montón de cosas, respetarnos y ayudarnos en lo que es nuestro”.
Para comenzar a cambiar la situación actual, hacia un entorno donde la convivencia sea justa, parte de entender que ”somos un único movimiento, vernos como un individuo. Seguiremos intentando luchar por algo que debería ser natural, porque lo que le pase al otro te pasa a ti también. Por ejemplo, si ocurre una situación adversa en la calle, apoya, ayuda, sé esa empatía que todos necesitamos; en México siento que por miedo, preocupación, desilusión o desconfianza en las instituciones nos enfocamos solo en nosotros: me agarro a los míos, cuido a los míos y me defiendo. Hay que dar el primer paso, brinda ese gesto, ayuda tú por primera vez”.
“(El movimiento feminista) es un llamado al empoderamiento integral y completo de las mujeres en la sociedad actual y que definitivamente nos invita a la reflexión”. Liliana Pastor, Marketing Estratégico
Si bien el cambio de mentalidad a nivel social, sobre el valor y presencia de la mujer, es evidente, Lili comenta que no podría atribuírsele del todo a las manifestaciones feministas: “Creo que el acceso a la información y la apertura al diálogo nos permite, a todos, vivir en un mundo más tolerante y diverso. Un mundo en el que la gente puede expresar sus opiniones, estar en desacuerdo, invitar al cuestionamiento y donde nos permitimos mirar atrás y corregir los errores del pasado”.
Sobre el rumbo que tomarán estas demandas, cree que llegará un día en el que no serán necesarias, mientras tanto “son sumamente importantes, sobre todo de cara al colectivo porque fortalece el sentimiento de comunidad, identificación y de pertenencia, nos empodera. El efecto a todo nivel es positivo, siempre y cuando se realicen de forma pacífica y responsable”.
Está convencida de que cada uno de nosotros somos responsables del cambio, si hacemos conscientes las decisiones que tomamos, nuestras reflexiones, acciones ¡y aquellas que propiciamos!, del rol que tenemos dentro de nuestros círculos sociales, porque hay que “perder el miedo y evidenciar las diferencias de manera formal, en los foros correctos para garantizar que trasciendan”, con la seguridad de que “el mejor mensaje se transmite con el ejemplo, corrigiendo de manera constructiva las malas prácticas, en el momento, empoderando sin diferencias y de manera objetiva”.
“Aquello que no se visibiliza no existe. Las manifestaciones feministas han permitido humanizar lo que ahora está deshumanizado y lo que no debemos de normalizar”.
Velvet Oropeza, Agilista
Intervenir en una causa social o ser un testigo inerte, he ahí el dilema de algunos, pero no para Vel, una fiel creyente de que se necesita participar activamente para cambiar creencias… “Dicen que cuando decides quedarte callado ante una situación de opresión o ser indiferente, eres parte del lado opresor, creo que manifestarse es eso. Nacimos con una responsabilidad grande como seres humanos, de hacer escuchar nuestra voz, de hacernos respetar y hacernos valer.
“Entonces, aquello que podemos tocar, ver o escuchar es algo que existe y cuando lo hacemos tangible lo sentimos más cercano. Estoy a favor de las manifestaciones sobre temas que tienen que ver con desigualdad e inequidad y así atender la conciencia social, el que haya prácticas normalizadas no significa que sean correctas, parte de lo que estas manifestaciones y movimientos buscan es eso, empezar a recuperar, a rehumanizar lo que hoy está deshumanizado para poder existir en una forma equilibrada y agradable para todos, porque lo merecemos”.
La importancia del autoanálisis y la observación: “Me gusta hacer mucho voluntariado, eso me ha ayudado mucho porque cuando vivimos en ciertos estratos tenemos una realidad, pero estar cerca de las diferentes realidades te permite diversificarte, te hace más consciente. Creo que la curiosidad es la que me lleva a querer ocupar lo poquito o mucho que sé para darlo a otros y ahí es donde me he encontrado que he aprendido un montón y he logrado cambiar mis sesgos y mis modelos mentales”.
Sobre la “lucha” mal entendida entre mujeres y hombres que rodea al feminismo, considera que “
el hombre no es nuestra competencia y la pelea no es contra ellos, los hombres son nuestros aliados. Al final es un tema de lucha por los derechos de las personas, por ello la importancia de tener aliados, hay hombres que preguntan: ¿Cómo puedo ser aliado?, ¿cómo puedo ayudar?, me interesa la causa, yo les digo, chicas, ¡vamos por la equidad! Entonces va más allá de un tema de género. La competencia es con y para nosotras mismas, para crecer día a día y estar en puestos donde la voz sirva para dar este tipo de comunicados y para
generar cohesión y colaboración”.