Es común que en esta temporada decembrina nos dejemos llevar por la emoción de ser bondadosos y espléndidos con nuestros seres queridos y conocidos al dar los obsequios, pero ante estos momentos debemos ser sensatos: analizar esa emoción que prevalece y las consecuencias que puede generar.
Por ejemplo, si notas que cada que te sientes triste, con poco ánimo o con episodios de ansiedad se presenta un deseo incontrolable por comprar (cualquier cosa, objetos innecesarios), puede ser que las compras compulsivas sean tu manera de evadir estas emociones y que eventualmente te traerán situaciones desfavorables: endeudamiento, insatisfacción, culpa, arrepentimiento y otras que jugarán en tu contra, de manera personal y social.
Profesionales de la salud mental describen que las compras compulsivas generalmente son impulsadas por un sentimiento de ansiedad, depresión o baja autoestima, por ello es recomendable que si detectas estas reacciones, acudas con un psicólogo que te brinde un diagnóstico y la ayuda requerida para trabajarlas. Como toda decisión, las compras compulsivas también conllevan un proceso que se desarrolla por etapas:
- Anticipación, es cuando inician los pensamientos de comprar y la necesidad de hacerlo.
- Preparación, en este punto comienza la investigación y la decisión de dónde comprar.
- Compra, el momento cuando se siente una “aparente satisfacción”.
- Gasto, es aquí cuando el o la consumidora se siente triste por la experiencia de compra ha terminado.